lunes, 26 de enero de 2009

Una cosa nunca vista

A veces ves en la TV cosas desastrosas y, aunque no paras demasiada atención, rezas para que no te pase a ti y, en el fondo, te sientes aliviado de que les pase a "los otros". Pero la cosa cambia cuando "los otros" eres tú..., es entonces cuando percibes realmente la magnitud de los desastres.
No parece mi pueblo. No queda ni un árbol de pie. El paisaje es terriblemente dantesco. Lo que antes habían sido unas hermosas calles con sus casa ajardinadas hoy sólo es escombro, ramas, cristales, tejas, murallas y hierros, farolas, señales, contenedores de basura, cables eléctricos...
Impotencia. Quizás esa sea la palabra. Mi caso, que no me puedo quejar, es bastante "light": vivo bajo dos árboles que se aguantan por puntos de apoyo estratégicos y que les permite mantenerse ahí sin que corramos peligro o al menos eso nos dijeron los mossos d'escuadra. Llevamos días esperando los bomberos, no dan abasto. Parte de la chimenea rota, tejas rotas, tiestos rotos, baldosas del tejado del porche que han desaparecido y ramas por todos lados...días y días, horas y horas sin luz, ni teléfono ni móvil, ni calefacción. Hasta hace minutos.

Otros correrán menos suerte que nosotros. Hay casas literalmente sepultadas por árboles enteros arrancados de cuajo, coches aplastados, muros antes preciosos, hechos añicos... Habrá gente, mis vecinos, mis amigos, que se pasarán meses sin luz, ni teléfono, ni calefacción, rodeados de un entorno arrasado. Consecuencia de más de 200 km/h se ha declarado zona catastrófica.
Aún así hemos tenido suerte. Estamos todos bien. Ningún herido, ningún muerto... podemos considerarnos afortunados. Sin embargo en otros puntos puntos del país sí han muerto personas, entre ellas niños. Mi más sentido pésame.

En fin, nosotros nos recuperaremos, poco a poco, lentamente, pasarán días, semanas, meses, pero saldremos de esta.
Una pequeña muestra, la parte MENOS afectada:


jueves, 22 de enero de 2009

vivir 1.000 años

Ahora resulta que un buen hombre llamado Aubrey de Grey (científico de la universidad de Cambridge), se le ha metido en la cabeza estudiar un "yoquesé - queseyó" para que podamos vivir 1.000 años. Ya ves, el hombre tenía poca faena y se dijo: pos venga voy a ver como puteo al personal. A lo que yo le respondo: Señor de Grey... ¿SE LE HA IDO A USTED LA PINZA O QUÉ?.

Vamos y una... me van a mí a hacer vivir 1.000 años. ¡Anda ya! Como que te iban a dejar jubilarte a los 65 años... vamos ya me veo currando hasta los 900 como mínimo. ¿Y cuándo serías mayor de edad? ¿A los 180 años?... es decir, ¡180 AÑOS SIN COCHE! JA-JA-JA, me parto.

Por no hablar del día de tu cumpleaños, que como tus seres queridos (odiados en este caso) sean de esos que te tiran las orejas por cada año que cumples... el día de tu 850 cumpleaños las vas a pasar realmente canutas. O soplar 850 velas... para que te las pongan de esas de broma que no se apagan. Paso de ser un esperpento fosilizado postrado en un rincón de la nada. Si la señora Duquesa de Alba, de la que ignoro su edad pero calculo que no tiene más de 90, está como está, hace falta que explique como estará con 600 años más? Por dios que tendrá mejor aspecto un higo chungo, pero chungo, chungo de los chungos de verdad, que ella.

Yo lo siento, pero estoy muy contento con la longevidad natural que me toca, así que: muchísimas gracias señor de Grey pero la pastilla de la vida eterna se la toma usted.

domingo, 18 de enero de 2009

Estoy vivo.

Saludos.

Sólo decir que aquí sigo, vivo. Suelo hacerlo, ahora estoy y ahora no estoy... tan previsible para unas cosas y tan poco para otras... en resumen, tan variable como siempre.

De todos modos pronto se cumplirá 2 años que empecé con esto... ¡¡¡2 años!!! ¡Cómo pasa el tiempo, es increíble! y no es plan de abandonar este proyecto.

Así que, de momento, sigo estando aquí, sólo que a veces en periodos de "stand by".

Obsequio de mar: