¡Cómo está el patio!

Pues vaya, ya digo yo que no vamos bien..., está la peña más salida y más quemada que ufff... Y parecer mentira pero cuanto más viejo se es, más verde se vuelve la gente... por favor, si en general, van más salidos que el pitorro de un botijo.

Las abuelitas... SOBRETODO ELLAS, en el hospital, me tienen amargadooo... Una vez una señora me pregunta: Tú... eres un chico, ¿verdad?, (yo me quedo pensando... ¬¬, ¡NO!, soy hermafrodita si te parece), total que le digo: ¿Usted qué cree? y me responde tan ancha: Bueno, no sé, como llevas un pendiente... aunque si me dejas que te toque entre piernas lo compruebo yo sola... (pues mira tú que va a ser que no). Me quedé a cuadros, sin palabras... y eso en mi, es raro raro..., y luego añade: ¡Ay! niño, si tuviera unos cuantos años menos, te pillaba por banda y sabrías lo que es gozar... (pero por favor..., como va la peña así)

Se aprovechan... se agarran de cualquier saliente del cuerpo, y cuando digo cualquier saliente me refiero a CUALQUIER SALIENTE...¡piensa mal y acertarás!.

Pero hoy ha sido la gota que colma el vaso... Entro en una habitación a pegarle bronca a un paciente (no me acuerdo por qué ni quiero acordarme) y me dice el familiar (el hijo, sí, sí.. el hijo, chico, masculino, varón, un hombre vamos, de unos 40 años): Eso guapetón, tú cuádrate que eres joven y guapo y te tienes que imponer.... Bueno... me quedé un poco como flipando, pero lo dejé estar. Pasan los minutos, estaba haciendo no se qué, en el pasillo (creo que rellenando unos papeles), y oigo: ¡Oye!. Me giro y veo al hombre otra vez. Y va y el tío y me dice con todo su morro: Cada vez que te miro, te veo más grande, más guapo y me encanta el estilo que tienes con es barba (barba de dos días, ya ves tú que estilazo fashion...). Otra vez, me quedo sin palabras y rojo rojo rojo... no pude más que darle las gracias e irme por patas...

A ver, que no soy tan guapo, por favor soy del montón, juro que no soy nada del otro mundo... pero es que no se que le pasa a la gente en el hospital que cambia... se les alteran las hormonas o yo que se que coño les pasa... a lo mejor es que les ponen cachondos/as las batas blancas... ¡no lo sé!

En fin, que la peña está más quemada que el cenicero de un bingo... aunque prefiero esto a que me insulten (rollo: no me toques cabrón) o me intenten pegar, que también tela con eso...

¡Santa paciencia!